La Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) define la salud sexual como “un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad, que incluye experiencias placenteras y seguras, libres de coerción, discriminación y violencia, y el derecho a tener control sobre la propia sexualidad y reproducción. La sexualidad es una parte integral del ser humano influenciada por factores biológicos, psicológicos y sociales”.
Entendemos, por tanto, que la salud no consiste únicamente en la ausencia de enfermedad, sino en la necesidad fundamental de sentirse a gusto con uno mismo. Desde esta perspectiva, cualquier persona que se sienta incómoda o insatisfecha con su sexualidad es bienvenida a terapia. De nuevo, nuestro objetivo principal y final es: Encontrar tu bienestar.
En primer lugar, realizamos una sesión de evaluación inicial cuyo objetivo es recabar la mayor cantidad de información acerca de tu situación. Con esta base, podremos diseñar una intervención personalizada o, si fuera necesario, valorar si somos los profesionales más adecuados para atenderte. En caso de no serlo, te lo comunicaremos con total honestidad para que puedas acudir a otro especialista que se ajuste mejor a tu perfil.
Si confirmamos que podemos ayudarte, el siguiente paso será diseñar un tratamiento adaptado a tus necesidades específicas. Éste se va a centrar habitualmente en la disfunción sexual o, más concretamente, en la etapa del acto sexual que te impide -a ti o a vosotros como pareja- disfrutar plenamente de la relación. El trabajo terapéutico suele incluir:
Ofrecerte información sobre lo que te ocurre y las causas que lo originan y lo mantienen.
Descondicionar hábitos disfuncionales relacionados con la sexualidad y las relaciones sexuales.
Incorporar nuevos hábitos más saludables y adaptativos que te permitan alcanzar el mayor placer y bienestar posibles.
Realizar una serie de ejercicios específicos, más o menos estructurados, para facilitar el cambio y la mejora progresiva.
Ten en cuenta que al comienzo de la terapia las sesiones serán más frecuentes -una vez por semana o una cada dos-, y que, a medida que avancemos, iremos espaciando nuestros encuentros -una vez al mes, cada dos meses, etc.-.
Se trata de un proceso gradual en el que los cambios requieren constancia y compromiso. Lo que buscamos es que, a través de tu/vuestro esfuerzo sostenido y acompañado, los avances se mantengan a largo plazo.